No saben del otoño,
que con sus gélidas brisas en tardes grises,
clava flechas de nostalgia en las almas.
Nunca han
visto la nieve,
que con sus heladas sepulta la vida,
y siembra en los corazones anhelos de fuego y calor;
ansias de hogar.
Jamás se han rendido abrasadas por el verano
inclemente,
que a gentes
y animales, a hierbas y árboles,
doblega sitibundos…
¡No! ¡Las plantas del jardín mi mamá son todas
tropicales!
Las matas de mi mamá, todas gritan ¡Caribe!
Y sin embargo…
O más bien por eso…
¡Cómo entiende de primaveras el jardín de mi casa!
CALIXTO GUTIÉRREZ AGUILAR
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